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¿Son peligrosos los brotes de las patatas?

Las patatas son uno de los alimentos más consumidos en el mundo. Se utilizan en infinidad de recetas y sus usos pueden ser muy variados. Eso sí, como sucede como muchos otros alimentos, existe el riesgo de que esta se ponga mala dependiendo de las condiciones en la que la conservemos. Uno de los problemas más habituales en las patatas es que le aparezcan brotes tuberculosos, una especie de cuernos que se van haciendo más grandes con el paso del tiempo. Pero, ¿Qué son esos brotes? ¿Son peligrosos?

Lo cierto es que no son un aspecto peligroso de las patatas y que nos vayan a poner en una situación de verdadero peligro, pero conviene evitar que surjan en nuestras despensas o consumir patatas que hayan sufrido este mal. Los tubérculos surgen si las patatas llevan mucho tiempo almacenadas y si el lugar en donde se guardan no cumple las condiciones adecuadas. Así, estos salientes aparecen por un cambio en la composición del alimento, que afecta en la calidad de los nutrientes e incluso en el sabor de la comida.

De todos modos, la aparición de los tubérculos es un problema bastante reciente. Antes también existía, pero era bastante menos común puesto que hasta 2020 se solían rociar con Cloroprofam, que ayudaba a que la patata mantuviera su composición original durante más tiempo durante el periodo de conserva. A partir de 2020 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria decidió prohibir el uso de este producto puesto que descubrió que podía dañar el bienestar y la salud de las personas.

¿Por qué aparecen esos brotes?
La patata es un tubérculo y contiene grandes cantidades de agua y almidón. En su proceso de vida, la planta suele morir sobre el mes de octubre, pero la patata sigue adelante con su curso bajo tierra y es en época primaveral cuando comienza a sufrir cambios, momento en el que empieza a germinar y aparecen estos brotes tuberculosos. La función de este proceso no es otro que desde una patata puedan surgir otras raíces y, por lo tanto, nuevas plantas que puedan aportar patatas de forma natural.

En ese contexto, conviene conservar la patata en condiciones muy concretas para asegurarle una larga conserva. Conviene reservarle un sitio oscuro, con cierto nivel de humedad y que oscile temperaturas de entre 8 y 10 grados. Esa es la forma de conseguir atrasar la aparición de estos brotes de germinación.

Eso sí, si a pesar de tomar esas medidas nuestras patatas cuentan con brotes, es aconsejable cortar esa parte de la patata extrayendo el saliente en caso de que vayamos a consumirla. Si nos parece que el tubérculo que sobresale es demasiado grande, lo mejor será desechar la patata, al igual que si notamos que esta se ha ablandado demasiado o si ha cogido un color verdoso.

Antes de cocinarla nos aseguraremos de limpiarla y secarla bien, así como de dorarla hasta un punto óptimo si decidimos freírla, por ejemplo.


Ane Bergara, El Diario Vasco, 24/08/23 – ¿Son peligrosos los brotes de las patatas?

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