Historia

Auzolan y asociaciones vecinales

El auzolan supone una ampliación de los trabajos colectivos, considerados de utilidad general, a escala del barrio o pueblo, al propio tiempo que su institucionalización. Allí donde la vida agraria aún esté en vigencia, todas las casas de la localidad han de participar obligatoriamente en estos trabajos comunitarios, de mayor peso en épocas anteriores. Este trabajo en común se denomina veredas en las zonas castellanófonas de Alava y a caminos en las Encartaciones de Bizkaia.
Estos trabajos comunitarios se convocan generalmente en invierno, época de menor trabajo en el campo. La convocatoria parte del basalkatea oauzo alkatea (alcalde de barrio o pedáneo) de la asamblea concejil, o bien del mayordomo de la cofradía. Cada casa debe enviar a un miembro del grupo doméstico, por lo general un varón en edad activa, aportar yunta de bueyes o tractor o, en su defecto, una contribución en metálico sustitutoria. La ausencia se considera como insolidaridad, siendo sancionada con multas.

Los trabajos más frecuentes en régimen de auzolan son la conservación y mejora de los caminos vecinales, labor denominada bidegintze; la limpia de acequias, pozos o abrevaderos, etc. La reparación de la ermita de la auzoa se realiza asimismo en régimen de auzolan, y de esta forma se construyeron muchas escuelas de barriada (Echegaray, 1933: 41-48, 51). Las actuales veredas de algunos pueblos alaveses incluyen actividades al servicio del ritual festivo (Homobono, 1982: 97).

Este trabajo en común finaliza con un ágape en el pórtico de la ermita o en la sala concejil, obsequiando el concejo o ayuntamiento a todos los participantes en el mismo con pan, vino u otras viandas. De plena vigencia en Alava y Navarra, este tipo de trabajos vecinales ha desaparecido en muchos municipios de las provincias costeras a medida que han sido asumidos por los ayuntamientos. A título voluntario, muchos vecinos participan, no obstante, en los trabajos de reparación de su ermita o construcción de una nueva sociedad gastronómica vecinal (Homobono, 1989: 422).

Asociaciones vecinales tradicionales
En muchos vecindarios rurales existen tradicionales asociaciones de ayuda mutua y de afiliación voluntaria entre sus grupos domésticos. La más significativa es la ermandadea (hermandad) por antonomasia, también denominada alkaríasuna (asociación), que está constituida por la mayoría de las familias del auzo que disponen de ganado vacuno. Desempeña funciones de seguros mutuos contra accidentes, enfermedades y muerte de las reses, indemnizando a los damnificados (Echegaray, 1933: 30-33). Se han regido por una normativa basada en preceptos consuetudinarios, tardíamente reglamentados. Difundidas antaño por todo el ámbito atlántico del país, se hallan en proceso de desaparición, a causa de la irrupción en las zonas rurales de las modernas entidades aseguradoras y de crédito.
La etxe errea (casa quemada) osuaro es, en cambio, una asociación tradicional de seguros mutuos contra incendios, a la que únicamente pertenecen aquellos vecinos que son propietarios de su caserío. Además, y en caso de siniestro, los dueños de la casa solicitaban ayuda adicional a sus parientes y convecinos de otras auzoak o pueblos.

En Alava son los concejos o, en su defecto, los ayuntamientos quienes asumen o promueven la función de seguros mutuos de ganado, en tanto que las sociedades de seguros mutuos de cosechas y de incendios vienen actuando, históricamente, a nivel provincial.
Existieron, asimismo, hermandades o asociaciones de ayuda mutua, formalizadas estatutariamente, para cubrir gastos por defunción, que han subsistido hasta fecha reciente en algunos núcleos urbanos, en base a grupos amicales o vecindarios periurbanos, cubriendo también prestaciones por enfermedad (Homobono, 1986: 240). La generalización de la Seguridad Social privó de funcionalidad a este mutualismo elemental.

Vínculos entre auzoak
También existen obligaciones recíprocas entre grupos domésticos de auzoak colindantes, y la mayoría de las relaciones interpersonales extensas de los miembros de alguna de ellas se dan en este ámbito supralocal, también marco preferente de la endogamia. Pueden existir, además, otro tipo de colaboraciones más formalizadas, como la de reparar caminos en común. En cualquier caso, estos vínculos son mucho más distendidos que los internos de la auzoa.

José Ignacio Homobono, Ámbitos culturales, sociabilidad y grupo doméstico en el País Vasco, Universidad del País vasco ¡ E.H.U.

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